Por alguna extraña razón te hacen mantenerte en vilo desde un principio, no conoces a los protagonistas, pero si te quedas con esas caras difíciles de olvidar,ese actor secundario de ojos saltones bajito y malísisimo de la muerte, aquél que empezaba y terminaba la historieta con cigarro en boca dejando caer en plan macarra "Que hay nena", la mirada inmortal de ese buscavidas, aquel maniáco que con medios tan rudos intentaba crionizar a su madre y terminó desgraciadamente en un psiquiátrico cazando moscas, ese bajito hombre bigotudo que hacía reir y llorar con su elocuente andar, o aquél de gran estatura que enamoró a la mismísima Ryta Hayworth y tenía ciertas manías con las norias y relojes,,,así y muchos más.
Pero es que las féminas no tenían nada que envidiar, época dónde el papel femenino y sus dotes diabólicas hacían saltar de las butacas a los espectadores, y es que se supone que ahora la única femme fatale(Ronnie dixit) en el panorama actual es esa tipa algo feuna llamada Megan Fox,vamos y solo porque se "merienda" a medio instituto,,,que ocurrencias! Cuando en su lista de la compra incluyan "Perdición" veremos a quién dan la razón; y es que ahí sale ella, la más cabrona de todas, la más peligrosa de las rubias, aquella que hacía perder los papeles hasta a un cura gay,cuando la maldad se viste de mujer en un traje blanco de seda y hace tambalear el mínimo resquicio de moralidad a un corrupto agente de seguros. Hubieron muchas,Marlene Dietrich, Bette Davis, Ava Gardner...pero yo sigo quedándome con ella, con la Stanwyck.
